Nicolás II, último zar de Rusia, nació en 1868 en el seno de la dinastía Románov. Accedió al trono en 1894, tras la muerte de su padre, Alejandro III, y gobernó un imperio que abarcaba casi una sexta parte de la superficie terrestre. Su reinado estuvo marcado por profundas contradicciones: mientras fomentaba el desarrollo industrial y modernizaba parte de la economía, mantenía un sistema autocrático que ignoraba las crecientes demandas de reformas políticas y sociales.
En 1905, enfrentó la Revolución de ese año, iniciada tras la masacre del "Domingo Sangriento". Este evento desató huelgas masivas y levantamientos populares, que llevaron a la creación de la Duma Estatal, aunque con poderes limitados. A pesar de implementar algunas reformas, Nicolás se resistió a renunciar a su autoridad absoluta, lo que amplió la brecha entre la monarquía y el pueblo.
Su vida personal estuvo marcada por la influencia de su esposa, Alejandra Fiódorovna, y la controvertida figura de Grigori Rasputín, un místico que ganó poder en la corte debido a su cercanía con la familia real. Rasputín se convirtió en un símbolo de corrupción y decadencia, lo que minó aún más la imagen de la monarquía.
En 1914, el estallido de la Primera Guerra Mundial marcó el inicio del fin para el zarismo. La incapacidad del gobierno de Nicolás para gestionar la guerra, combinada con la crisis económica y el descontento popular, debilitó su régimen. En marzo de 1917, tras las masivas huelgas y manifestaciones en Petrogrado, y la negativa de las tropas a reprimir a los manifestantes, Nicolás II abdicó en favor de su hermano Miguel, quien también renunció, poniendo fin a tres siglos de dominio Románov.
La familia imperial fue recluida inicialmente en el Palacio Alexander y luego trasladada a Tobolsk. En 1918, con la Guerra Civil Rusa en marcha y el avance del Movimiento Blanco, los Románov fueron llevados a Ekaterimburgo. En la madrugada del 17 de julio, bajo órdenes del Sóviet Regional de los Urales, Nicolás II, su familia y sus sirvientes fueron ejecutados en la casa Ipátiev.
Décadas después, en 1991, los restos de la familia fueron descubiertos y exhumados cerca de Ekaterimburgo. Tras un análisis de ADN, los Románov fueron enterrados en la catedral de San Pedro y San Pablo en San Petersburgo. En 2000, la Iglesia Ortodoxa Rusa canonizó a Nicolás II y a su familia como mártires, cerrando simbólicamente uno de los capítulos más turbulentos de la historia de Rusia.

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📜BIBLIOGRAFÍA
►Dominic Lieven - Nicolás II.
►William Alberto Pavon - Los Secretos de Ekaterimburgo: Nicolás II, el último Zar de Rusia y el ocaso de un imperio.

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►Marcas de Tiempo
0:00 Introducción
0:32 Primero años como zar
6:31 Las reformas
11:06 Rasputín
15:28 La Revolución
19:40 El fin de los Románov

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